Virilo, pastor jubilado, se va del pueblo a la ciudad para ayudar a su hija, que se ha quedado viuda, y para educar a su nieto Nicolás.
En la ciudad, nieto y abuelo entablan unas entrañables relaciones, viviendo, en paralelo con un cuento que Nicolás lee a su abuelo, la aventura real de la historia de ese cuento. La fantasía y la realidad, el mundo real y ficticio se dan cita en esta narración. El cuento dentro del cuento es el recurso que Pilar Mateos, utiliza para El cuento interrumpido, escrito impecablemente y adecuado al tipo del joven lector al que va dirigido. El vocabulario es sencillo y enriquecedor, con un lenguaje propio de cada personaje. La función lúdica de El cuento interrumpido aparece al rodear ciertos episodios con una atmósfera de tenue humor que hace apasionante su lectura.