En un memorable día de otoño de 1929, mientras banqueros y millonarios arruinados se tiraban por las ventanas de sus rascacielos, Groucho Marx puso punto final a este libro suyo. Inexplicablemente, una vez agotado, estuvo 46 años sin reeditarse. Al cumplir 85 años, Groucho dio una gran fiesta durante la cual se dejó fotografiar en su lecho para celebrar también la reaparición de Camas. Y es que, para Groucho, la cama siempre fue muy importante, hasta el punto de declararse un «monocamero» acérrimo, o sea fiel a un solo catre. Y en cuanto pudo llevar una vida más o menos sedentaria , convirtió su dormitorio en un auténtico santuario, y su cama, en altar. Su experiencia camera no podía dejar de plasmarse en un pequeño tratado para aficionados y entendidos, que les indicará cuáles son las ventajas de dormir solo, cómo evitar que otro individuo ocupe la propia cama, qué actividades pueden desarrollarse en esta pieza de mobiliario, qué pasó con algunas camas célebres, el origen de la palabra «cama» y en fin, todo lo que querían saber sobre la cama y no se atrevían a preguntar.